¿Cómo debo reconciliarme con un hermano o una hermana en Cristo? Hay dos razones principales que te llevarán a necesitar reconciliarte, y estas cubren cualquier situación:
1. Hemos molestado, abusado, o pecado en contra de alguien.
2. Alguien ha molestado, abusado o pecado en contra de nosotros.
En ambas situaciones si ya pasó el punto de ser capaces de hablar las cosas, perdonar y recibir perdón, lo mejor es sentarse y escribir cuál es el problema. Esto nos ayudará a aclararlo, y nos dará la capacidad de explicar la situación más fácil.
Si hemos pecado en contra de alguien, el Espíritu Santo ya nos habrá avisado. Él nos hace sentir incómodos, así que necesitamos aceptar la responsabilidad de nuestros propios actos y no culpar a alguien más, o tratar de buscar excusas para lo que hemos hecho.
Necesitamos confesar al Señor lo que hemos hecho, y pedir por su perdón, y después por sabiduría para hacer los pasos hacia la reconciliación. Jesús nos da un aviso en Mateo 5:23: Si vas a la iglesia, para orar y tener comunión pero recuerdas que un hermano tiene algo contra ti, primero ve y reconcíliate con él, y después estarás capacitado para volver a la iglesia a rendir culto y servir al Señor. No puedes fingir que nada pasó y el Señor no se agrada de nosotros si seguimos nuestras vidas y olvidamos el asunto.
Los pasos hacia la reconciliación son:
1.Reconocer que has pecado
2.Humillarte
3.Ir a ver a la persona contra la que pecaste
4.Disculparte y pedir su perdón.
Desafortunadamente a veces cuando hemos pecado o molestado a alguien, ellos no están siempre dispuestos a perdonar de inmediato, pero si tú has hecho tu parte, necesitas dejarle el resto al Señor. Ámalos, habla con ellos, sírvelos, ayúdalos, apóyalos, así verán que tu realmente has cambiado y estás arrepentido por lo que hiciste.
La segunda situación no es tan fácil. Si alguien ha pecado en contra de nosotros, piensa en lo que ha sucedido así podrás explicar el problema. Antes de que hagas algo, perdónalos, o pide a Dios que te ayude a perdonarles. Después ve a verlos, con un corazón humilde. No estés enojado, no acuses o condenes. Si no puedes hacer esto todavía entonces ora hasta que estés capacitado para ir a verlos con el espíritu con el cual Jesús estaría de acuerdo.
Jesús también nos enseña sobre esta situación en Mateo 18:15-17.
1. Primero ve a verlos por tu cuenta, explica el problema, y lo que han hecho, si ellos escuchan, admiten su culpa y piden perdón, entonces la verdadera reconciliación está en proceso.
2. Si ellos no escuchan, no admiten su culpa, entonces lleva a uno o dos hermanos en Cristo contigo para ayudar a esa persona a entender que están pecando contra el Señor.
3. Si ellos todavía se rehúsan a escuchar, entonces eso se convertirá en un asunto de la iglesia y su disciplina. Los líderes de la iglesia necesitan decidir cómo castigar a la persona que ha pecado.
Todo lo que hagamos necesita ser hecho con amor y respeto porque nosotros mismos somos pecadores, y no podemos ser orgullosos o arrogantes o sentir que nosotros nunca haríamos algo como eso. Efesios 4:15 nos dice que “digamos la verdad con amor”. Hay diferentes maneras de decirle a las personas que están equivocadas, pero la mejor y más agradable forma de reconciliarse con un hermano o una hermana es cuando el amor, el amor de Dios, es el sello de nuestras vidas.
Cuando tienes que reconciliarte con alguien, hazlo con la ayuda de Dios. Compártenos tu testimonio.