Dios, el creador de todo, ha establecido las reglas por las que los seres humanos deben vivir para ser felices, satisfechos y complacer a Dios. El pecado es la rebelión contra Dios y sus reglas.
Romanos 2:14-15 resalta el hecho de que incluso aquel que no conoce a Dios o a su palabra está apto por naturaleza para hacer lo que es correcto, debido a su consciencia, la cual Dios nos dio para mostrarnos lo que está bien y lo que está mal. Desafortunadamente muchos ignoran sus consciencias y se complacen a si mismos por tanto tiempo que tienen dificultades en discernir lo bueno de lo malo.
Cuando nos volvemos Cristianos puede ser difícil al principio discernir lo que es correcto y lo que no. Si tienes alguna duda si algo es un pecado o no, entonces no lo hagas, especialmente si eso hace que alguien tenga menos fe debido a tus acciones. (Esto se enseña en Romanos 14.) No deberías tratar de lograr acercarte al pecado sin pecar; deberías tratar de lograr acercarte a Dios, y así estar muy lejos del pecado!
La herramienta mas importante que Dios nos ha dado para saber si algo es un pecado o no es Su Palabra. En Juan 14:15 Jesús dice: “Si me amas, guarda mis mandamientos”. En la Biblia podemos leer cuales son los mandamientos de Jesús. El resumen mas simple es: Ama a Dios y ama a tu prójimo. Cuando haces eso, estás obedeciendo a Dios y no siendo un cautivo del pecado.
Aún hay muchas situaciones donde no es inmediatamente claro cómo se podrían aplicar los mandamientos de Dios.
Podemos aprender de nuestra iglesia, como los Cristianos en la historia han entendido lo que significa obedecer a Dios. Pero también tenemos al Espíritu Santo. El Espíritu Santo tiene muchos roles: enseñarnos, guiarnos a entender la verdad, recordarnos cosas que hemos aprendido, etc. Pero la que quiero destacar es la convicción. Juan 16:8 “Y cuando él (el Espíritu Santo) venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio”.
Cuando pecamos el Espíritu Santo nos hace sentir incómodos sobre lo que hemos hecho (convicción), como resultado debemos apresurarnos a confesarlo y pedir por el perdón de Dios. Si alguien mas está involucrado necesitamos confesarlo a ellos y pedir también por su perdón, o como en el caso de robar o romper algo que pertenecía a alguien mas, necesitamos reemplazarlo. El Espíritu Santo constantemente nos guía asi podemos estar limpios de pecado. Si nos rehusamos a escuchar su incitación, entonces gradualmente él se callará y cesará de crecer y ser fuerte en nosotros porque hemos ignorado cuando Dios nos habló.
Algunas veces las personas se sienten culpables de algo y no están seguras de lo que hicieron. Cuando esto pasa, debemos orar y pedirle a Dios que nos muestre nuestro pecado así podemos lidiar con el. Si nada viene a la luz, entonces es posible que el diablo esté dándote una sensación falsa de culpa que puede causar que no crezcamos en nuestras vidas espirituales. 2 Juan 1:9 nos dice que si confesamos nuestro pecado, Dios va a perdonarnos y a limpiarnos, así que si nos sentimos culpables de algo pero Dios no nos muestra nada, o sigues recordando algo que hiciste en el pasado que confesaste pero todavía no te sientes feliz, recuerda este verso. Una vez que confesamos el pecado, Dios perdona, limpia y lo olvida.