Gozo en la perseverancia

«Y serán odiados de todos por causa de Mi nombre, pero el que persevere hasta el fin, ese será salvo» (Mateo 10:22).

Con cada músculo en su cuerpo aullando de dolor, Jorge, un trabajador de fábrica de mediana edad, está corriendo la Maratón de Boston por primera vez. Estuvo entrenando con ahínco durante meses. Casi abandona la carrera cuando alcanza “el muro” alrededor del kilómetro 32, pero sigue avanzando con los dientes apretados.

Se acerca a la meta, luchando en cada respiración, pero vence el sufrimiento, perseverando a través del dolor y la agonía, y cruza la línea final. ¿Es así como ves la perseverancia? ¿Empujar a través del dolor, la tristeza y los obstáculos con todo lo que tienes?

Ese cuadro es real en este viejo mundo, pero como seguidor de Cristo, ¡tengo excelentes noticias! Perseverancia en la Biblia es un gozo y viene de la gracia de Dios, no de nuestro esfuerzo. Somos salvados por gracia, no por nuestras acciones. ¡Perseveramos por gracia y no por obras!

Tres veces en los Evangelios Jesús dijo “el que persevere hasta el fin será salvado” (Mateo 10:22, 24:13 y Marcos 13:13). ¿Estás sintiendo de nuevo esa puntada en el estómago? ¿Esfuerzo, dolor, imposible? Viniendo la palabra “perseverancia” (y su expresión casi sinónima “mantenerse firme”), de las palabras griegas “hypo” y “meno”, es decir “mantenerse debajo” o “quedarse atrás”, aquella atemorizante palabra adquiere una belleza completamente nueva.

En Lucas 2:43, Jesús se “queda atrás” (la misma palabra griega traducida como perseverar, soportar con valentía y mantenerse firme) en el templo mientras sus compañeros se iban a casa. Él permaneció en la presencia de Dios, aunque la situación lo llamaba hacia otra parte.

En los días siguientes apreciaremos escenas bíblicas de esta hermosa palabra “perseverancia”, y aprenderemos a descansar a medida que seguimos a Jesucristo con todo nuestro corazón, a través de Su poder y no el nuestro.

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