«El que habita al amparo del Altísimo Morará a la sombra del Omnipotente» (Salmos 91:1).
Cuando las circunstancias dicen “pánico, colapso, abrumado”, tenemos cuatro opciones: Correr de un lado a otro, Trabajar febrilmente para resolver el problema nosotros mismos, Congelarnos y no hacer nada, Descansar en el Señor y dejar que Él dirija nuestro camino.
La opción 4 describe “perseverancia”: permanecer bajo la protección de Dios y Su presencia, escucharle mientras dirige nuestros pasos.
El Salmo 91:1, aunque nos anima y levanta, no describe una situación instantánea. Dice “el que habita al abrigo del Altísimo”; si vivimos allí y rehusamos a extenuarnos en nuestras propias fuerzas y pánico, hallará morada a la “sombra del Altísimo”.
Nuestras emociones y mente dicen que tenemos que preocuparnos y tomar el control; ¡no podemos simplemente quedarnos sentados, tenemos que HACER algo! Pero nuestro Dios Altísimo dice “quédate debajo de mí y encuentra reposo”. Este es un hermoso cuadro de lo que la perseverancia bíblica realmente es. Jesús dijo ”el que persevere hasta el fin será salvo”.
Puede parafrasearse así: aquel que permanece en mí, se queda debajo y detrás de mí será salvado”.
¿Cómo lucirían nuestras vidas si abandonáramos todos nuestros estériles esfuerzos y perseverásemos en Su gracia y poder?