Por favor, crecer!

‘Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido’ (Hebreos 5:12).

¿Alguna vez te ha dicho un amigo que debes cambiar tu actitud, que debes hacer más de esto y menos de aquello? ¿Cómo reaccionaste? ¿Has rechazado los comentarios como irrelevante? ¿O te sentías herido e indignado? ¿O es que aceptaste la corrección y tratabas de beneficiarse de ello?

Sólo buenos amigos pueden decir cosas que son difíciles de digerir y sin embargo no dañan la relación. Palabras que ponen de manifiesto una debilidad en nosotros son muy difícil de aceptar, pero muy necesaria para alcanzar un nivel de madurez.

La Palabra de Dios es un amigo. Nos dice la verdad sobre nuestra vida y nuestra conducta. Y al hacerlo, se da la corrección que a la larga produce la madurez espiritual. El escritor de Hebreos actúa como un amigo íntimo y les dice a sus lectores la verdad en términos muy claros: eres tan lento en tu entendimiento! Deberías haber alcanzado el nivel de los profesores después de tanto tiempo!

¿Qué te dice este pasaje a ti? ¿En qué necesitas crecer, al igual que los destinatarios de la carta a los Hebreos? ¿Es el momento para tomar la responsabilidad en tu iglesia? ¿Para ser de ánimo a otros, en vez de estar siempre en el lado receptor?

Pide a Dios si Él te revelará por medio del Espíritu Santo qué tipo de inmadurez todavía está presente en ti. Estás preparado para cambiar y pasar al nivel de la madurez. La madurez, a ella llegarán aquellas personas que por el entrenamiento espiritual saben distinguir lo bueno y lo malo (Hebreos 5:14). La palabra ‘entrenado’ implica la disciplina: la disciplina para caminar consistentemente en los caminos del Señor. Tal conducta con Dios te dará la sensibilidad para comprender la voluntad de Dios.

La capacidad de aceptar y digerir así la corrección es en sí mismo es un signo de madurez. Es una disciplina que debes perfeccionar, si quieres ser un cristiano humilde pero estable. Practica esta disciplina! Sé un sincero creyente capacitado a enseñar a otros creyentes, que son menos maduros.

Leer: Hebreos 5: 11-14

¿Qué te dice este pasaje de la Biblia? ¡Por favor comparte tus pensamientos abajo!

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