Temer a Dios significa respetarlo y obedecerlo. Significa que tú reconoces que Él es tu Creador y, por lo tanto, que tiene el derecho de ser tu Señor. Significa que actúas por reverencia a Él. En el Antiguo Testamento, se establece una conexión clara entre temer a Dios y guardar Sus mandamientos y servirle: “Y ahora, Israel, ¿qué requiere el Señor tu Dios de ti?, solo requiere que temas al Señor tu Dios, que vivas de la manera que le agrada y que lo ames y lo sirvas con todo tu corazón y con toda tu alma ”(Deuteronomio 10:12). Ver también Deuteronomio 4:10 y Deuteronomio 6: 2.
Temiendo a Dios en el Nuevo Testamento
En el Nuevo Testamento, «temer a Dios» aparece un par de veces también. En 2 Corintios 7: 1 dice: «Dado que tenemos estas promesas, amados, limpiémonos de toda contaminación del cuerpo y del espíritu, para completar la santidad en el temor de Dios». Aquí temer a Dios está conectado con la santidad. Temer a Dios significa que te mantienes en línea con Su voluntad y que te guardas de los pecados graves. Da dirección a tu vida. Puede llevar a la salvación, como fue el caso de Noé, quien en reverente temor de Dios construyó el arca (Hebreos 11: 7). Este pasaje nos lleva al siguiente tema relacionado con el temor a Dios: el juicio.
En Lucas 23:40, un ladrón reprendió al otro, diciéndole: «¿Ni siquiera temes a Dios ahora que estás condenado a muerte?« Estos dos hombres estaban muriendo, pronto estarían ante Dios en juicio, y ambos estaban bajo la sentencia de condena. Dios tiene el derecho de juzgar. Pero como sabemos, Jesús le ofreció al ladrón gracia y fue salvo de la condenación.
En Apocalipsis 14: 7, el temor a Dios está conectado nuevamente con el juicio: “Teman a Dios gritaba. Denle gloria a él, porque ha llegado el tiempo en que ocupe su lugar como juez. Adoren al que hizo los cielos, la tierra, el mar y todos los manantiales de agua«.
Entonces, ¿qué nos pasará si no tememos a Dios? Tiene derecho a juzgarnos. No lo desafíes, sino reconócelo como tu Creador, Salvador y Señor. Entrégale tu vida a Él, vívela por reverencia a Él y sé salvo de la condenación.
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