«En mi corazón he atesorado Tu palabra,
Para no pecar contra Ti.» (Salmos 119:11)
Una manera de mantener tu corazón puro, es llenándolo con las palabras de Dios. Esto es lo que Dios ordenó explícitamente a los israelitas: «Guarda, pues, estas palabras mías en tu corazón» (Deuteronomio 11:18).
Tener las palabras de Dios en tu corazón significa reconocer la voluntad de Dios y basar en ella tu visión de la vida. Es decir, vivir de acuerdo con los decretos de Dios en la medida de lo posible. Quien tiene la Palabra de Dios en su corazón, la adopta como guía para sus opiniones y elecciones. De esta manera se protege de muchos sinsabores y de las mentiras y engaños de Satanás.
El Salmo 1 describe a un hombre que hace exactamente esto: «En la ley del Señor se deleita, y en su ley medita de día y de noche». Es por ello que este hombre es «bienaventurado» y próspera en todo lo que hace. Así como nuestros cuerpos se fortalecen y mantienen saludables si comemos los alimentos correctos, así nuestros corazones se fortalecen y mantienen saludables si escuchamos la Palabra de Dios.
¿Cómo es su «dieta» del corazón?