Qué Cristo habite en nuestros corazones

«Por esta causa, pues, doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo……. que Cristo habite por la fe en sus corazones.»(Efesios 3:14,17)

En su carta a los Efesios, Pablo relata cómo suplica por estos creyentes. Él ruega por su crecimiento espiritual y su bienestar. Y para eso es fundamental que Jesucristo habite en sus corazones por medio de la fe. La fe conduce a grandes bendiciones espirituales. Como esta escrito «de manera que Cristo habite por la fe en sus corazones. También ruego que arraigados y cimentados en amor, ustedes sean capaces de comprender con todos los santos cuál es la anchura, la longitud, la altura y la profundidad, y de conocer el amor de Cristo que sobrepasa el conocimiento, para que sean llenos hasta la medida de toda la plenitud de Dios» (Efesios 3:17-19).

Si Cristo habita en nuestros corazones, Él lo hace cambiar todo. Naturalmente, nuestros corazones producen todo tipo de maldades que nos contaminan. Pero Jesús limpia nuestros corazones para que sean puros y amorosos. Si Jesús habita en tu corazón, Él se convierte en el centro de tu vida. Como dice el apóstol Pablo en otra carta: «Ya no vivo yo, es Cristo quien vive en mí» (Gálatas 2:20).

¿Estás dispuesto a dedicar todo tu corazón a Jesús?

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