¿Qué dice la Biblia acerca de cómo los hombres y las mujeres deben vestirse?

La Biblia menciona por primera vez el tema de la ropa en Génesis 3. Después de que Adán y Eva desobedecieron a Dios se dieron cuenta de que estaban desnudos, así que quisieron cubrirse a sí mismos con hojas de higuera: «Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y se dieron cuenta que estaban desnudos; por lo que cosieron hojas de higuera para cubrirse a sí mismos «(Génesis 3:7). Sin embargo, poco después, Dios hizo prendas hechas de piel de animal para ellos: «Y Jehová Dios hizo vestiduras de piel para Adán y su mujer, y los vistió.» (Génesis 3:20). A partir de esto podemos ver que desde Génesis 3 es ahora normal y adecuado para los hombres y las mujeres llevar ropa.

Sin embargo, qué ropa deben llevar?
Deuteronomio 22: 5 dice que: «Una mujer no debe usar traje de hombre, ni el hombre use traje de mujer, porque el Señor tu Dios detesta a cualquiera que hace esto.» Dios no da una razón explícita de este comando, sin embargo, es de suponer que tiene que ver con el mantenimiento de las diferencias entre hombres y mujeres.

El Nuevo Testamento se refiere a la cuestión de lo que es apropiado para las mujeres a usar en dos pasos, en 1 Timoteo 2: 9-10, y 1 Pedro 3: 3-4.

1 Timoteo 2: 9-10 dice:

“Asimismo, que las mujeres se arreglen decentemente, que se vistan con modestia y sencillez, que no se adornen con peinados rebuscados, con oro, joyas o vestidos lujosos. Adórnense más bien con buenas obras, como conviene a mujeres que hacen profesión de servir a Dios” (2 Tim.2:9-10 Biblia Latinoamericana).

El mandato de Pablo a las mujeres en la iglesia de Éfeso es que se vistan apropiadamente, es decir, modestamente. No han de vestirse de una manera vistosa o sexualmente provocativa. Más bien son llamadas a vestirse con moderación. Como resultado, las mujeres deben ser conocidas como personas que se caracterizan por la buena conducta, y no por sus vestidos llamativos.

1 Pedro 3: 3-4 dice:

“No se preocupen tanto por lucir peinados rebuscados, collares de oro y vestido lujosos, todas cosas exteriores. Sino que más bien irradie de lo íntimo del corzón la belleza que no se pierde, es decir, un espíritu suave y tranquilo. Eso sí que es muy precioso ante Dios” (Biblia Latonoamericana).

Pedro dice que la belleza interior es más importante que la belleza exterior. Pues, lo más importante es el carácter de la mujer, un espíritu afable y apacible. Nota que Pedro no prohíbe el uso de oro o buena ropa o el pelo muy bien organizado; más bien es de secundaria importancia después de un carácter piadoso. Así que si eres una mujer que lee esto, sigue trabajando para crecer en santidad, en humildad, en dulzura y en las buenas acciones ya que estas características son agradables a Dios.

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