El momento que te conviertes en cristiano es el comienzo de tu caminar con Dios. Todos los que han recibido al Espíritu Santo por la fe en Jesucristo, son justificados delante de Dios. Pero eso no es todo. En el momento en que Dios justifica gratuitamente a una persona, el proceso de «santificación» comienza. La santificación también puede ser conocido como «crecimiento espiritual». Pero, ¿qué es el crecimiento espiritual? Y, ¿cómo funciona?
La Biblia nos enseña sobre crecimiento espiritual como un camino en el cual se aumentan la belleza y pureza en la vida de los hijos de Dios. El objeto de la vida de los cristianos no es él mismo, pero el Señor Jesucristo! Por lo tanto, la belleza en la vida de un cristiano no es su propia belleza, pero la imagen de su Señor y Salvador, Jesucristo. La Biblia habla del «despojar del viejo hombre” (el viejo yo) y del «vestirse del nuevo hombre”, la nueva persona.
Por ejemplo, en Colosenses 3: 1-17 leemos una descripción hermosa del crecimiento espiritual. La imagen de Dios, nuestro Creador, se hace cada vez más visible en nosotros. Hermosas virtudes como la honestidad, el amor genuino, el perdón, la bondad y decir la verdad crecerán. Es como si encuentras a Cristo mismo cuando te reúnes con un cristiano.
¿Pero es fácil el crecimiento espiritual? No, no lo es. Proverbios 24:16 dice: «El justo cae sietes veces y vuelve a levantarse …» El mismo Jesús advierte a sus seguidores que «el camino estrecho conduce a la vida» (Mateo 7: 13-14). El escritor de Hebreos dice que los cristianos deben seguir «la santidad sin la cual nadie verá al Señor» (Hebreos 12:14). El apóstol Pablo subraya que los cristianos enfrentarán una batalla espiritual, un conflicto, entre la carne y el Espíritu (Gálatas 5: 16-26). Pero no te desanimes cuando te enfrentan tentaciones o pruebas, porque Dios te ha llamado a ser semejante a la imagen de Jesucristo (Romanos 8:29). ¡Cuan glorioso será aquel día cuando llegues a la meta de este camino estrecho! Aquel día, la imagen de Jesucristo se verá perfectamente en ti. No habrá más pecado. No más burla, ni mancha.
¡En ese día estarás con Jesús para siempre, y brillarás como Él! ¡Sé valiente! La vida del cristiano se mantendrá por el poder de Dios. Si crees en Jesucristo, tu posición será fija en las manos de Dios. Puedes ser la persona que ya eres en Cristo. Recuérdate a tí mismo de esta verdad: tu crecimiento espiritual no se trata de ti; todo se trata de Jesús. ¡Mira a Él!
Mira a lo que Él ha hecho por ti. Mira a quien Él quiere ser para ti. Mira al propósito para tu vida: «Él es capaz de salvar perpetuamente a los que se acercan a Dios, por medio de Él» (Hebreos 7:25). Dios no te deja, ni te desamparará (Hebreos 13:5-6). Él está trabajando diariamente por medio de su Espíritu Santo para cambiarte. Es tu responsabilidad utilizar los medios que Dios ha dado a través de su Palabra. Lee la Biblia, ora, busca la comunión con los hermanos y hermanas y obedece la Palabra de Cristo (Juan 8:32).
El final del camino es la gloria eterna. Sé animado por estas palabras del apóstol Pablo:
Y todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados en la misma imagen de un grado de gloria a otro, como por el Espíritu del Señor (2 Corintios 3:18, R.V.)
Por eso todos nosotros andamos con el rostro decubierto, reflejando como un espejo la Gloria del Señor, y nos vamos transformandeo en imagen suya más y más resplandiciente, por la acción del Señor que es Espíritu (2 Corintios 3:18, La Biblia Latinoamericana)