¿Qué nos enseña la vida de Abraham sobre la fe?

Abraham

El autor de Hebreos afirma que la fe “es estar seguro de lo que se espera; es estar convencido de lo que no se ve” (Hebreos 11:1), y un personaje que puede graficar este concepto es Abraham. Es importante saber que la confianza que Abraham tuvo hacia Dios fue variando y fortaleciéndose. Por eso, Moisés escribe algunos eventos de su vida para enseñarle al pueblo de Israel a confiar en Dios (leer Génesis 12 – 25).

Dios sostiene nuestra fe

Cuando hablamos de la “fe de Abraham” nos referimos a la credulidad de él hacía Dios. Pero, sabemos que esa confianza fue generada por Dios. Si Dios no hubiese actuado en la vida de Abraham, entonces hubiese permanecido siendo pagano y disfrutando de los deleites mundanos que le ofrecía Ur. Partiendo de ello, podemos entender que, aunque la fe de Abraham menguó en algunas situaciones, nunca dejó de confiar en Dios, porque Dios mismo lo estaba sustentando.

Abraham sabía que confiar en Dios indicaría ir en contra del sistema del mundo, puesto que, en Él, Dios le había prometido que serían benditas todas las familias de la tierra, en él empezaría construir su Reino que años atrás Adán había perdido, y que Nimrod intentó construirlo sin considerar Sus mandatos.

En ese contexto, la fe de Abraham pasó por muchas circunstancias, en donde Dios lo probó fuertemente, e hizo de él un personaje importante del relato bíblico, siendo considerado hoy, como el “padre de la fe” y el autor de Hebreos lo considera en “el capítulo de la fe” (Hebreos 11).

Una fe obediente y a veces débil

Podemos ver en Abraham una fe obediente, Dios llamó a que deje su tierra y su parentela y vaya a un lugar que ni siquiera conocía, y lo hizo. También podemos ver que esa fe obediente pasó por un tiempo de debilidad, su fe menguó. Abraham y Sara no podían tener hijos, y Dios le había prometido una descendencia como la arena del mar y las estrellas del cielo. Y aunque, su fe en la simiente le alcanzó para ser justificado ante Dios, se fue deteriorando, viéndose reflejado en su actuar incrédulo de tener un hijo con su esclava.

Una fe restaurada y fortalecida

Este acontecimiento llevó que la fe de Abraham sea restaurada, por sí solo no podía hacerlo, por eso Dios se le presentó como el Todopoderoso, y por medio de la confirmación del pacto, lo restauró, aquí Dios le afirmó que dentro de un año tendría su hijo y cuyo nombre sería Isaac. Desde ese momento su fe comenzó a fortalecerse más, aunque siguió pasando por tiempos de debilidad; esto lo vemos cuando estuvo dispuesto a sacrificar a su hijo con la entera confianza que Dios lo resucitaría.

El pueblo de Israel tuvo que identificarse con Abraham y saber que ellos estaban llamados, también, a ir contra la cultura del mundo construyendo el Reino de Dios, y no lo hicieron.

Y nosotros, la Iglesia, el Israel de Dios, seguimos con el mismo llamado, poniendo nuestra confianza en el autor y consumador de la fe, Jesucristo, de construir el Reino de Dios con el poder del Evangelio.

Compartir post