¿Qué significa que Jesús es el sacerdote perfecto?

sacerdote

“A diferencia de los otros sumos sacerdotes, Jesús no necesita ofrecer sacrificios día tras día, primero por sus propios pecados y luego por los del pueblo. Él se sacrificó por tus pecados una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo” (Hebreos 7:27).

Sacerdotes del antiguo pacto

El autor de Hebreos pinta dos imágenes de alto contraste: los sacerdotes del pasado y Jesús, el nuevo sumo sacerdote. Los sacerdotes del antiguo pacto eran gente común, como tú y yo. Solo podrían servir durante varios años y eventualmente morirían, al igual que tú y yo. Cuando ofrecían sacrificios por la gente, primero tenían que ofrecer sacrificios por ellos mismos, porque eran gente pecadora, como tú y yo. Los sacrificios tuvieron que ofrecerse una y otra vez porque nunca fueron suficientes para quitar el pecado. Esta imagen parece imperfecta y de color apagado.

Jesús el perfecto sumo sacerdote

Y luego el autor dirige nuestra mirada hacia la otra imagen, perfecta que brilla con colores brillantes. Nos muestra a Jesús, el sumo sacerdote, que se ofreció a sí mismo como el sacrificio perfecto, de una vez por todas (ver Hebreos 9:12, 10:14). Él nunca pecó, pero fue santo, intachable y puro, a diferencia de usted y yo. Él posee el sacerdocio para siempre porque nunca muere, sino que continúa para siempre, a diferencia de usted y yo. Los sacerdotes de la antigüedad fueron designados por la ley, pero Jesús fue designado por el juramento que Dios pronunció: “Tú eres sacerdote para siempre” (Salmo 110: 4, Hebreos 7:17), y este juramento nunca será cambiado ni anulado.

Gracias a Jesús, no tenemos que temer el rechazo

Debido a que Jesús es perfecto, puede satisfacer todas nuestras necesidades y podemos acercarnos a Dios con confianza a través de él. Él siempre intercede por nosotros. “Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, imitación de las cosas verdaderas, sino en el cielo mismo, para presentarse ahora en la presencia de Dios por nosotros” (Hebreos 9:24, ver también Romanos 8: 34 y 1 Juan 2: 1). Nosotros, personas imperfectas como somos, no tenemos por qué temer el rechazo. Es posible que el maligno lo engañe para que piense que sería mejor que se escondiera de Jesús debido a su pecado. Sin embargo, en este capítulo se nos dice claramente que Jesús puede salvarnos completamente (Hebreos 7:25). ¡Regocíjate en la belleza de Jesús!

Sufres?

¿Sufres de algún pecado en tu vida? ¿O hay otros problemas que presionan sus hombros? No dudes en llevar la carga a Jesús, el sacerdote perfecto que siempre intercede por ti.

¿Cómo le habla esta enseñanza bíblica? ¡Por favor comparte tus pensamientos abajo!

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